miércoles, 12 de agosto de 2009

¿Cómo sabemos que no escucha, señora?


Miles de reclamos mentirosos se tienen que comer los carteros porque a la gente no les "conviene" la forma extraordinaria de buscar las cartas al Correo. Y no es sólo porque la hacen esperar una hora en ventanilla (cosa reprobable y que no debiera suceder... ¡tomen gente!); sino porque esas cartas que van a buscar no coinciden con su domicilio, con su nombre o su documento y no se las entregan. Cuántas cosas que hace bien el cartero (ubicar siempre al destinatario por conocimiento) no se le reconocen, ni siquiera por ese destinatario que por la bronca de un sistema mejorable, se desquita en el libro de quejas contra su cartero de toda la vida.



Sepa el usuario del Correo que después de tres minutos que el cartero llama DOS VECES, y no le responden (sea sordo el destinatario, esté con auriculares, estudiando en el fondo de casa, en el baño o haciendo otros menesteres) éste tiene que confeccionar el aviso de visita (que le lleva otros minutos) y dejarlo en el buzón. Pero, claro, es más cómodo para descargar la bronca decir que se estaba en casa y que el cartero no tocó timbre... cosa que le hubiese convenido (si fuera cierto) a ambas partes.



No lo olvide: Verifique si su timbre funciona y si no, ponga un cartelito... (pero no adelante el paso 2 al 1)


No hay comentarios: