Ricardo Dimotta, paradojalmente, es hoy en Avellaneda -como cartero- un Recuerdo Emotivo (nombre de su primer trabajo solista como músico).
Ni siquiera conlleva su memoria la expectativa por parte de NINGUNO de sus ex-compañeros, que pueda llegar a regresar. En la última asamblea que se hizo, quedó rotundamente demostrado que nadie piensa realizar una movida de fuerza para que se invierta su situación. Y las razones son muchas. Cuesta imaginar sin embargo una pancarta que dijera: "En Avellaneda el 90% del personal "TRANZA" o se va antes de horario con cartas, que vuelva Dimotta porque se lo discriminó o que nos rajen a todos"
Sin embargo parece que Richard esperaba eso, o una medida de fuerza parecida. Que esto no suceda parece ser, según opinión de Richard, gran responsabilidad del delegado Adrián López; porque si esta situación se hubiese dado siendo él delegado, dice que hubiese PARADO LA OFICINA. Pero se olvida Richard que la oficina no es una cosa que depende de la absoluta voluntad de un tipo, por más delegado que sea: Que eso lo crea más de un sindicalista, vaya y pase... ¡pero nosotros no! Por otra parte, el único que está seguro de que él no se equivocó con la jugada que hizo es Ricardo Dimotta, porque todos pensamos lo contrario. Ojalá lo reconozca algún día, porque su lucha y sus reclamos, AFUERA, ya no sirven. Sin embargo no lo echan por sus reclamos. Ricardo mismo reconoce esto. Por sus reclamos -eso sí hay que decirlo- el sindicato AATRAC le hizo el vacío siempre; por sus reclamos, hubo una clara intención de sancionarlo exageradamente -por retirarse sin aviso 30 minutos antes- cosa que se disculpa y se perdona exageradamente en casos peores: Hasta se han perdonado trompadas, ausentismos prolongados y hasta afanos en Avellaneda; por sus reclamos es que estaba entre ojos por más de un jerarquizado. Ricardo es notificado de la sanción por el método regular de nota, pero Ricardo solicita ser notificado por telegrama, sino... no firmaba nada. Dimotta dice que a él lo despiden por no querer firmar, pero luego de varios intentos de que firme, se le envía el telegrama solicitado avisándole de los días de suspención. Es decir que no lo despidieron por eso, porque sí se aceptó su negación a firmar. La bronca vino por los telegramas que su abogado envió después y sus contenidos ignotos para todos. Un desafío INNECESARIO de poder, donde obviamente, el cartero salió perdiendo. Richard estuvo mal acesorado por su abogado y esa es la peor bronca. A un abogado no le importa si te rajan del trabajo, al contrario: ¡le conviene!
Todo hubiese sido distinto si la hubiese querido jugar desde el principio con todos sus compañeros. Pero él, hasta hoy, siempre había dicho: "YO ME SÉ DEFENDER SOLO","EN ESTO NO QUIERO QUE SE META LA GENTE", "ESTA ES MI LUCHA", "ESTO ES ALGO PERSONAL ENTRE LOS DE ARRIBA Y YO", etc, etc .Pero en la lucha, el que se corta solo, mal termina.
Más que a nadie (de eso estoy segurísimo) me ha dolido a mí que Richard quedara despedido del Correo. Pero esperar réditos por ese dolor, es esperar algo que no nos corresponde (tanto para Richard como para mí).
Pero no me importa lo que parezca. Importa lo que ES. Y no sirve la demagogia ni las mentiras. NO hay que mentirse a sí mismo y eso es algo que siempre Richard repitió.
En este Recuerdo Emotivo de su compañerismo, quisiera rescatar las cosas que la Avellaneda de Richard no ha de olvidar de su ex-delegado:
Generosidad: La bondad de compartir una comida, una golosina, tiempo, trabajo, dinero... ¡lo que fuera!
Desinterés: Y hacer de esa generosidad no un beneficio personal ni un lucro, sino un bien en sí mismo y por el otro.
Solidaridad: Y encontrar en el otro siempre la oportunidad de brindarse y serle útil
Ameneidad: Darle la importancia que merece al buen momento y al hacer con gusto las cosas
Buen humor: Con bromas de todo tipo y con risas contagiosas que evocan la felicidad a la que todos estamo llamados.
Camaradería: Pelear codo a coda, bien de cerca y mirando siempre a los ojos. Buscar siempre la unidad y la armonía.
Lucha: No amedrentarse con nada y con nadie, siempre valiente y decidor osado donde el más atrevido suele callarse.
Enteresa: Jamás claudicar, defendiendo siempre sus derechos
Desprendimiento: Capaz de pagarse y hacerse él solo un asado, de hacer tremendos esfuerzos, negando sus beneficios por beneficios colectivos y grupales
Transparencia: Su defensa de las asambleas y de llamar a las cosas por su nombre sin condicionamientos en procura de la verdad y la justicia.
Y ojalá pronto sea resarcida la diferencia injusta que se ha hecho con él a la hora de "corregirlo", obviamente en un juicio personal.
Adrián López
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