quien sirvió durante 40 años en el Correo Argentino,
hasta jubilarse en 1990.
EL CARTERO
Recorriendo el barrio entero
por las calles va el cartero.
Trae cartas de felicidad,
y otras de dolor y silencio.
Trae cheques por cobrar,
trae boletas de impuestos,
atiende con amabilidad,
es un servidor muy atento.
Lo corren hasta la esquina
deseando que haya un correo,
y le dan buenas propinas,
cuando es en buenas noticias experto.
Ni los Beatles de él se olvidan
cuando cantan "Please, mister postman"
reclamando una carta tan querida
del lejano novio, o de la novia.
Y como decía Luis Aguilé:
"Cartas de amor,
solo cartas de amor,
las demás si se pierden, mejor"
No tengas miedo cartero,
destruirte nunca podrán,
ni el correo electrónico moderno ,
ni la insensibilidad patronal.
Ellos solo te quitarán
algo de trabajo y sacrificio,
el e-mail no puede sonreir,
es irreemplazable tu oficio.
Tampoco desapareciste
con la invención del teléfono,
no te sientas ahora tan triste,
siendo un ente tan benévolo.
Me alegra oir de tu boca de cartero
cuando en mi casa gritas: "Corrreeeooo"
y mientras cartas de amor espero
me dices: "Su seguro servidor me siento."
Te agradezco tu cumplimiento.
Gracias por tu abnegado esmero,
vienes con frío, calor, lluvia o viento.
Muchas gracias, señor cartero.
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RUBÉN SADA
Tomado de http://rubensada.blogspot.com/2007/08/el-cartero.html